miércoles, 18 de febrero de 2009

Historia

Cúcuta en el siglo XIX

Durante el período precolombino, el área que actualmente ocupa Cúcuta estuvo poblada por indígenas Chitareros y Motilones, pertenecientes a la familia lingüística Chibcha y de descendencia Caribe. Las tribus se caracterizaban por tener costumbres nómades y practicaban la agricultura y la artesanía. Éstos pueblos indígenas se asentaron en las riveras de los ríos Zulia, Tarra, Sardinata, Catatumbo, Pamplonita y Táchira.
El primer europeo que se hizo presente en el territorio de
Norte de Santander fue el alemán Ambrosio Alfinger, quien en 1530 salió del municipio venezolano de Coro con una tropa de aventureros e invadió el territorio oriental e inexplorado de la recién creada gobernación de Santa Marta. Alfínger, en busca de El Dorado, llegó al área de asentamientos indígenas llamada Tamalameque, a orillas del río Magdalena, en donde mantuvo enfrentamientos y sometió a varias tribus, devastándolas como el caso de la tribu de la nación Chimila. Luego siguió a Girón (Santander), recorrió de sur a norte la Provincia de Ocaña y regresó luego al norte por los páramos de la extinta Provincia de Pamplona para ser asesinado en Chitacomar en las afueras del actual municipio de Chinácota, por el indio chimila "Francisquillo", en un combate con la indios Chimilas y Chitareros. Tras la muerte de Alfínger, Fedro de San Martín tomó el mando de la tropa y con ella regresó a Coro pasando por la zona donde muchos años después se fundaría la ciudad de Cúcuta.

En 1541 Hernán Pérez de Quesada, arribó al los territorios del actual municipio de Chinácota, pero tuvo que regresar el mismo año debido a la resistencia de los indígenas. Poco después, Alfonso Pérez de Tolosa, quién provenía del Tocuyo (Venezuela) llegó hasta Salazar de Las Palmas (uno de los actuales municipios de la Provincia de Ocaña, habiendo pasado antes por Cúcuta, pero también tuvo que regresar tras haber perdido muchos hombres en enfrentamientos con los nativos.
En
1549 otra tropa de españoles, comandada por Pedro de Ursúa y Ortún Velasco, tenientes de Quesada, invadieron el territorio actual de Norte de Santander y el mismo año llegaron a los valles de Pamplona, en donde en homenaje a la Pamplona española fundaron la ciudad con el nombre de Nueva Pamplona.
La nueva fundación atrajo pronto numerosos pobladores por la bondad del clima y por las riquísimas minas de oro que se descubrieron en la región. De allí salieron después las expediciones que completaron la conquista del actual territorio del departamento Norte de Santander:
La primera expedición (1553), que fue comandada por Diego de Montes, culminó con la fundación del municipio de
Salazar. Este naciente asentamiento español desafortunadamente fue destruido al poco tiempo por el Cacique Cínera. En 1583, fue reedificado por Alonso Esteban de Rangel, bisabuelo de la fundadora de Cúcuta (Juana Rangel de Cuéllar), en un sitio más apropiado para la defensa en caso de nuevos ataques de los indios.
La segunda expedición la comandó el capitán Francisco Fernández de Contreras, quien llegó hasta las tierras de los indios
Hacaritamas, y el 26 de julio de 1572 fundó la ciudad de Ocaña, a la cual llamó Santa Ana de Hacarí, mientras que algunos de sus compañeros la llamaban Nueva Madrid, y otros Santa Ana de Ocaña. Antonio de Orozco, subalterno de Fernández, fundó al año siguiente a Teorama, en tanto que los Frailes Agustinos fundaron un convento en lo que hoy es la población de Chinácota.

Cucuta en los siglos XVII y XVIII

Durante los inicios del siglo XVII gran parte de los valles de Cúcuta eran propiedad del capitán Cristóbal de Araque Ponce de León. Las tierras pasaron por herencia a su hijo Fernando de Araque Ponce León, que fue dueño de todo el territorio comprendido entre el Valle de Cúcuta hasta el pueblo de San José, jurisdicción de la ciudad de San Faustino. Dichos campos habían sido donadas al capitán Araque por el Gobernador de la Nueva Provincia de Mérida de la Grita (ente territorial que hacía parte de la Virreinato de Nueva Granada) mediante título emanado el 9 de septiembre de 1630.

Hotel Casino Internacional, un símbolo arquitectónico ubicado en Cúcuta
La constante hostilidad de los indios Motilones del Pueblo de Cúcuta para con los blancos habitantes del valle y las ambiciones económicas de éstos, fueron factores claves para que los últimos solicitaran la erección de una parroquia que tuviera el nombre de San José y habitarla si obtenían licencia del Reino de España.
Considerando que los vecinos blancos al pueblo de Cúcuta iban a solicitar la erección de una parroquia y que habían escogido el sitio de Guasimal, en las márgenes del río Pamplonita,
Juana Rangel de Cuéllar donó el 17 de junio de 1733 media estancia de ganado mayor (782 hectáreas) en el sitio Tonchalá, que tenía un valor de 50 patacones, para la construcción de una iglesia y una plaza para que familias españolas se establecieran en lo que es hoy el Barrio San Luís. Dicha estancia era el asiento agroganadero más notable de los Rangel de Cuéllar, prominente familia pamplonesa descendiente del capitán Alonso Rangel, fundador de Salazar de la Palmas, en 1583.
Conforme con las normas legales y costumbres de las época, Juana Rangel de Cuéllar, estuvo en la obligación de afirmar que la donación cumplía con lo establecido en el ordenamiento real en el sentido que se incluía en la décima parte de sus bienes y que por lo tanto no afectaba mayormente lo que debía dejar como herencia, ni quedaba tampoco en una ruina, ni existía ninguna duda sobre la naturaleza y el carácter de la propiedad y finalmente que estaba "libre de censo, empeño e hipoteca general ni especial" por lo que la donación se hacia con todas las formalidades.
Una vez fundada la población, ésta creció vertiginosamente. Uno de los motivos del crecimiento acelerado fue el haberse constituido como un paso obligado entre
Bogotá y Caracas. El cacao fue la economía precursora, el cual era transportado por el río Pamplonita. El 18 de mayo de 1792 el rey de España, Carlos IV, mediante cédula real le concedió a la ciudad de Cúcuta el título de "Muy Noble, Valerosa y Leal Villa". José María Maldona, abogado de la Real Audiencia, hizo a nombre de los vecinos la presentación legal del título de Villa ante el virrey Espeleta.

Cucuta en el siglo XIX

La Batalla de Cúcuta fue uno de los hechos más importantes del siglo XIX, ya que se encuadra en el marco de la Independencia de Colombia y es un suceso precursor de la Independencia de Venezuela. Fue la primera parte de la Campaña Admirable de Simón Bolívar,comenzó a las 9 de mañana del 28 de febrero de 1813 y terminó al medio día. Los combatientes: 400 hombres al mando de Simón Bolívar y 800 a órdenes del general español Ramón Correa., con la cual se logró no solo la independencia de Cúcuta, sino también la de Venezuela.
El entonces coronel Simón Bolívar, emprendió una gran ofensiva contra las fuerzas españolas que se encontraban en la margen oriental del
río Magdalena y rápidamente logró resonantes triunfos que le llevan a realizar una jornada para liberar los Valles de Cúcuta en poder de los realistas a mando del coronel Ramón Correa. El 28 de febrero de 1813, domingo de carnaval, Correa asistió a misa muy de mañana, mientras las tropas de Bolívar se movilizaron por las colinas occidentales que dominan la Villa de San José de Cúcuta. Avisado Correa parte al encuentro de los patriotas con más de 800 hombres bien provistos. Se situó a tiro de fusil de las colinas que ocupan los insurgentes y comienza la batalla. Una partida de 100 fusileros del rey intenta dominar el flanco derecho del ejército criollo, pero un cambio rápido de posición dejó sin efecto el movimiento. La lucha fue encarnizada y reñida. Durante cuatro horas no favoreció a ninguno de los bandos, hasta que a la una de la tarde una carga a la bayoneta ordenada por Bolívar dio la victoria a los patriotas. Correa entonces, emprendió la retirada hacia San Antonio del Táchira y luego a La Grita con sus tropas diezmadas.

Bolívar, Santander y otros próceres de la independencia saliendo del Templo Histórico de Cúcuta, donde se realizó el Congreso de Cúcuta.
Bolívar y sus tropas entran a Cúcuta vencedores y en el cuartel general, a las tres de la tarde del
28 de febrero de 1813, el caudillo de la Independencia dio el parte de la victoria. La Batalla de Cúcuta tuvo un balance de bajas de 2 muertos y 14 heridos de las tropas libertadoras y 20 muertos y 40 heridos de las tropas realistas. Tras el conflicto los patriotas y simpatizantes de la causa de la emancipación llenos de regocijo, celebraron la liberación de Cúcuta, cooperando abiertamente con Bolívar. Mercedes Reyes, decidida partidaria de la libertad de su patria, al tener noticias del triunfo de Bolívar, se apresuró a manifestarle su complacencia por tan señalada victoria. Como habitualmente residía en su predio de Urimaco, prontamente se trasladó a la Villa y le ofreció al coronel Bolívar bordarle una casaca para lucirla en sus acciones guerreras, que en la actualidad se conocen como Campaña Admirable.

El Templo Histórico de Cúcuta.
El
30 de agosto de 1821 se desarrolló el Congreso de Cúcuta en localidad de Villa del Rosario (perteneciente a Cúcuta) en una de las iglesia más importante de la época, el Templo Histórico de Cúcuta. Fue instaurado por Antonio Nariño y participaron también Francisco de Paula Santander, Simón Bolívar y otros importantes próceres de la independencia. El principal objetivo de este congreso fue unificar a las naciones de la Nueva Granada (actual Colombia y Panamá) y Venezuela mediante la Constitución de Cúcuta y así crear un enorme estado conocido en ese entonces como República de Colombia (Gran Colombia). Posteriormente Quito se adhirió a la Gran Colombia. A las 11 de la mañana del 3 de octubre de 1821, el Libertador Simón Bolívar entró al salón de sesiones ubicado en la sacristía de la iglesia parroquial de Villa del Rosario de Cúcuta (conocido actualmente como el "Templo Histórico de Cúcuta"). Iba acompañado por una comisión de diputados y su estado mayor general. Tomó asiento al lado del presidente del Congreso y puestos todos de pie, juró como presidente de la naciente República de la Gran Colombia, conformada por Venezuela y Cundinamarca, nombre asignado a la Nueva Granada. Una vez culminó un discurso y la posesión del General Francisco de Paula Santander como vicepresidente de la República, fue leído el texto de la Constitución.
El
18 de mayo de 1875 a las 11:15 de la mañana aconteció el Terremoto de Cúcuta (por su epicentro), también llamado el Terremoto de Los Andes (por el área afectada) o Terremoto de 1875 (por el año del suceso).

La Calle de la Cárcel, Cúcuta. (1874)
El terremoto destruyó por completo a Cúcuta,
Villa del Rosario, y a las municipios venezolanos de San Antonio del Táchira, y Capacho. También causó graves daños en San Cristóbal, La Mulata, Rubio, Michelena, La Grita, y en la actual Panamá, concretamente en la ciudad de Colón entre otras. También fue sentido en Bogotá y Caracas.
El número de víctimas ha sido objeto de debates. Cifras exageran con que fueron cerca de 2.000 los muertos, otros dicen que la lista de muertos tan solo Cúcuta era de 900 a 1.000. Sin embargo, el número de cadáveres sacados de las ruinas y contados fueron 253 hombres y 208, mujeres para un total de 461.


Antigua estación del Ferrocarril de Cúcuta. (1910)
A finales del siglo XIX, la
Revolución Industrial llegó a la ciudad con el establecimiento del Ferrocarril de Cúcuta. La construcción se dividió en cuatro partes; Norte, Oriente, Sur y Occidente:
La Zona Norte comenzó en 1878 y se terminó diez años después. Conectó Cúcuta con Puerto Santander y fue de carácter internacional, pues se unió con Venezuela. La Zona Oriente comenzó en 1893 y se extendía hasta el río río Táchira. La Zona Sur entró en operaciones en 1921; conducía a Pamplona, pero sólo llegó al sitio denominado El Diamante. Finalmente la Zone Occidente, pretendía llegar hasta Tamalameque pero no pudo realizarse por razones económicas. La compañía fue liquidada en 1960

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